Derrota 2020

El Norte, 27 Abril, 2019

Javier Livas
El ex Vicepresidente Joe Biden -en la gestión de Barack Obama- es el precandidato número 20 entre los demócratas que retarán al Presidente Donald Trump en 2020. Yo, desde ahora, los doy por derrotados sea quien sea el candidato.

No me interesa dar consejos políticos en un país que no es el mío. Sin embargo, habrá un buen número de lectores que quieran saber por qué estoy tan seguro de que Trump se reelige a fines del año que viene para otros cuatro años.
 Habrá quienes quieran casar apuestas. Gracias a las “fake news” hay muchos clientes disponibles.

Mi pronóstico por supuesto suena descabellado para quienes desde la toma de posesión de Trump han estado muy receptivos de las noticias “fake” que lo ponían no sólo de patitas en la calle, sino hasta en la cárcel.

Me duele que la desinformación circule tan sesgada en México; y más que haya tanta gente creyendo que basta desear algo con suficiente empeño para que suceda.

Los demócratas están derrotados por varias razones. Algunas las tomo de Victor Davis Hanson, analista y gran intelectual norteamericano. Él dice que su análisis histórico revela tres grandes condiciones por las cuales un Presidente pierde su reelección.

Una causa de derrota es una economía en problemas graves. En esta materia, Trump está lo mejor posicionado que cualquier otro Presidente en la historia de Estados Unidos. La economía está boyante, los empleos al máximo y por más que pudiera empeorar el escenario eso no sucedería antes de noviembre del año que viene.

La otra causa de derrota es una guerra fallida. Algo similar a lo que sucedió con el Presidente Bush padre. Aquí, Trump está vacunado. Ha infligido golpes certeros a los insurgentes del Estado Islámico y está por salirse de Afganistán.

Una tercera circunstancia adversa a la reelección radica en un escándalo tipo Watergate. En este terreno Trump es la víctima -no el perpetrador- de un intento de golpe de Estado silencioso.

El ansiado informe de Robert Mueller sobre la posible colusión con los rusos en la campaña del 2016 exime a Trump de las acusaciones de traidor a la patria.

En una voltereta espectacular, son sus acusadores los que muy probablemente irán a un juicio penal por revelar información secreta y por conspiración.

Más y más indicios ubican el plan y el esfuerzo inicial en la Casa Blanca de Obama y los directores del consejo de seguridad, la CIA y el FBI. Ése sí que fue complot. Ahora el nuevo Procurador William Barr tiene a los conspiradores de pechito.

Los demócratas también van a perder, y ésta ya es mi opinión, porque son tan tontos que ahora quieren desaforar y condenar a Trump por la información relativa al delito de obstrucción de justicia del que también salió librado.

No se dan cuenta de que entre más lo ataquen, más lo fortalecen. Ya varios de ellos reconocen que no hay tiempo, que la campaña de 2020 está encima y dan como ejemplo que a los republicanos les falló ir contra Bill Clinton, por el escándalo Lewinsky, a pesar de que éste sí mintió bajo juramento.

Hay otra razón que ayudará a Trump. En vez de estorbar la investigación, lo cierto es que el Presidente colaboró muchísimo, como nunca. ¡Renunció a invocar privilegio presidencial! Envió millones de documentos, declaró por escrito, ordenó a su abogado contestar preguntas y lo estuvieron bombardeando durante 30 horas.

Al margen de la gente que le tiene antipatía, no hay duda de que el Presidente Trump se portó increíblemente transparente. Si a eso agregamos la transparencia que resulta de sus tuits, creo que el pueblo norteamericano sabrá compensarlo por el gran regalo de información sin intermediarios que les proporciona. Este precedente hará historia.

Hay muchos otros éxitos que me permiten apostar a ciegas a favor del triunfo de Trump en 2020. Gran contraste con los que estaban seguros de que no terminaría su periodo de cuatro años. Cada quien ve el mundo como quiere y en eso no me meto.

 https://refor.ma/bbOBi

javierlivas@prodigy.net.mx
 

Before JFK, Oswald Tried to Kill an Army Major General

Seven months before he shot President Kennedy, Lee Harvey Oswald tried to kill Major General Edwin Walker

Major General Edwin Walker

By Colin Schultz, October 4, 2013
smithsonian.com

Seven months before Lee Harvey Oswald shot President John F. Kennedy, he took his Mannlicher-Carcano rifle to Major General Edwin Walker‘s house, stood by the fence, aimed towards the window, and shot at him. Walker was a stark anti-communist voice and an increasingly strident critic of the Kennedy’s, whose strong political stances had him pushed out of the army in 1961. In an excerpt, published at the Daily Beast, from a new book, Dallas 1963, Bill Minutaglio and Steven L. Davis tell the story of how Walker found himself in the sights of Lee Harvey Oswald.

Related Content

On April 10, 1963, Oswald left his wife a note and made for Walker’s house. He took aim, ready to carry out his thoroughly researched plan.

Oswald lifts his rifle and stares into the window. Surrounding Walker are folders, books, and stacks of packages wrapped in brown shipping paper. The walls are decorated with panels of foil wallpaper embossed with an Asian-style flower motif. Walker’s head is in profile. He has a pencil in hand, and he is perfectly still, focused on something at his desk. From outside looking in, it must look a bit like a painting—as if Walker is caught in thought with the right side of his face clearly visible.

Oswald squints into his telescopic sight, and Walker’s head fills the view. He looks so close now, and he’s sitting so still, that there’s no possible way to miss. Drawing a tight bead on Walker’s head, he pulls the trigger. An explosion hurtles through the night, a thunder that echoes to the alley, to the creek, to the church and the surrounding houses.

Walker flinches instinctively at the loud blast and the sound of a wicked crack over his scalp—right inside his hair. For a second, he is frozen. His right arm is still resting on the desk alongside his 1962 income tax forms. He doesn’t know it, but blood is beginning to appear.

Oswald missed his shot and escaped into the night. “The Warren Commission, relying on testimony from Oswald’s widow, Marina, said Oswald tried to kill the general because he was “an extremist,”” says the New York Times. The next day, Walker was interviewed about the attempted assassination:

Read the full Article